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11/12/2023
247 NOTICIAS MICHOACAN

¡Salve Ramón Martínez Ocaranza!

Rosario Herrera Guido

Conmemoración del 107 Aniversario por el Natalicio del Poeta Michoacano Ramón Martínez Ocaranza

Sala de Rectores del Centro Cultural Universitario
Jueves 7 de abril de 2022 a las 18 hrs.

Ramón Martínez Ocaranza,
fue Alumbrado, en los dos sentidos,
nacido e iluminado,
en Jiquilpan, Michoacán,
el 5 de abril de 1915.
Y como Octavio Paz
“se apagó, para alumbrar mejor”
el 21 de septiembre de 1982.

*
Hemos aprendido desde entonces
que la única verdad,
por encima y en contra de todas las miserables
y pequeñas verdades de partidos,
de héroes, de banderas, de piedras, de dioses, que la única verdad,
la única libertad es la poesía,
ese canto lóbrego, ese canto luminoso.

José Revueltas, “Palabras a Octavio Paz”, Cárcel Preventiva, julio 19, 1969.

I
¡Salve Ramón!
Por tu cotidiano andar
inseparable de tu poesía
por tu Morelia de Coral Ceniciento
donde pensar y poemar
despliegan el sendero
de Sócrates y Cratilo
San Agustín y Adeodato
Heidegger y Paz
para hablar del misterio del lenguaje
su poder e impotencia
para balbucear el ser
pasión de todo poeta.

II
¡Salve Ramón!
Por el sendero de tu escritura
un caminar escribir
una escritura éxodo
procesión rito culto
errancia sin fin
en compañía de Pablo Neruda
para andar con la poesía
por el pas pas pas paso del camino
al lado de Octavio Paz.

III
¡Salve Ramón!
Poeta maestro amigo camarada
por tu pensamiento, lecturas y libros
hiedras que trepan por tu biblioteca
deshojando la edad del tiempo poético
instante mito tragedia poema
hombre rebelde, frenético orador
ácido crítico del poder
amante de El libro de los muertos
y el sueño filosófico de Sor Juana.

IV
¡Salve Ramón!
Porque con tus ángeles y demonios
que te cobijaban y desnudaban
festejamos el Centenario de tu Natalicio
de Jiquilpan a Morelia
por Pátzcuaro y Uruapan
Tzintzúntzan y Janitzio
en el más amarillo de los abriles
bañado con mezcal de Quitupan
y aderezado con queso de Cotija y morisqueta.

V
¡Salve Ramón!
Por tus sublimes, deslumbrantes y terribles poemas
que poetizan los Portales, las plazas de Morelia y México.
Por tus inolvidables cátedras
irónicos juegos del lenguaje
con los que deveniste poeta moderno
por la discordancia entre tu ser y el ser del lenguaje
un espacio en el que no pueden entrar
hermeneutas ni lingüistas
por tus insurrectos discursos
luchas sociales y solidarias adhesiones
con los desheredados de la tierra
estudiantes, campesinos, desamparados
y hasta los animales vagabundos:
por tu pasión por la vida y el ser.

VI
¡Salve Ramón!
Amigo de Aristóteles y la poíesis griega
la dimensión más vasta de la creación
extraña a toda taxativa presente y futura.
Enemigo del método y el dogma moderno
para violentar las palabras
y obligarlas a decir
lo que no ha sido dicho.
Poeta del lenguaje y el mundo
del pensar y el ser.

VII
¡Salve Ramón!
Por tu desconfianza
hacia la luminosa certeza cartesiana
con tus poemas
que encaminan el mundo
para decirnos que el ser
se muestra y se oculta
deslumbra y enceguece
en compañía del mito, la tragedia, la poesía,
la historia, la política y sus miserias.

VIII
¡Salve Ramón!
Por tu diáfana ética poética
tu sublime y siniestra (po)ética.
Porque niegas la servidumbre
y cantas a la dignidad
proclamas la  lucha por el pan
en lugar de mendigarlo.
Porque el corazón del poeta destrozado
no puede callar
anuncia y proclama al futuro marinero
que renuncia a ser mendicante
para decirle al pan pan y al vino vino.

IX
¡Salve Ramón!
Postrado ante las estrellas
cual amante en una batalla perdida.
Náufrago, loco de amor y de gritos
en busca de otro mar y nuevas cartografías
más allá de los relámpagos
suplicante y abatido
que imploras llegar a tierra firme
con una brújula amable
ávido de amor
bajo los guiños de las estrellas.

X
¡Salve Ramón!
Marinero en tierra
ante el mundo y la muerte
golpeando las cadenas
que nunca reclamaste para los hombres
con la voz engolada
en medio de un vendaval de tumbas
campanas amarillas y páramos enlutados
cual preludio de una muerte enemiga.

XI
¡Salve Ramón!
Por la soledad de los muros
las sombras dando gritos
ante el parto del verbo en las tinieblas
antes del desconcierto y el deseo
entre las sombras que parieron la guerra
en medio de las bestias y las aves
para no dejar de preguntar hasta la locura
entre el alba y la noche.

XII
¡Salve Ramón!
Por tu vida encantada
frente a un destino de flor y nirvana
que sueña el silencio
por la grandeza del alma
que no logra definir
la angelical arquitectura de tu ciudad
cuando ilustrados  buriles crean
taciturnas torres de olvido
y un acueducto de coral profundo.

XIII
¡Salve Ramón!
Poeta del ser y el ensueño
que con oscuros teoremas
tratas de comprender
la trágica hojarasca de la vida.
Por los lamentos del río
y las enloquecidas aguas
que amargan al mar
donde enlutados caballos
despeñan la existencia.

XIV
¡Salve Ramón!
Tú que le cantas
a Cuauhtémoc, Morelos, Juárez y Zapata.
Y desde el corazón del tiempo
despiertas un cántico antiguo
en el Templo de la Libertad
donde tus sueños esculpen
los poemas de piedra de la historia
y por Patria desterrada
entonas el poema del maíz.

XV
¡Salve Ramón!
En tu otoño encarcelado
cuando das por perdido lo ganado
y ganado lo perdido.
Cuando los tinterillos de varadilla
“licenciados de papel podrido”
te impiden ver el mar y cultivar las rosas.

XVI
¡Salve Ramón!
Por tu poesía surrealista y maldita
que surca el cielo y el infierno
en compañía de Virgilio
y al lado de Sor Juana
con los mitos nahuatlacas y tarascos
aderezados con la crítica al poder usurpador
a los amos del mundo
donde los dioses del fuego
Prometeo, Quetzalcóatl y Kurikua-Aueri
devienen implacables enemigos del amor.

XVII
¡Salve Ramón!
Por tu antipoesía
donde encontraste tu verdadera voz
y el compás aristotélico de tu ser.
Por tu vocación de Job
hijo del llanto
voz en el desierto
sacrílego y santo
limo del Génesis y el Apocalipsis
eterno devoto de la balada del viento.
XVIII
¡Salve Ramón!
Porque denuncias el mundo en que vivimos
donde el mito, la imagen y el sueño
son pilares de tu poesía.
Porque caminas como héroe trágico
orando y blasfemando
con el amor como pathos poético
el odio contra el odio
en busca de la belleza
colmada de monstruos, locos y falsos profetas.

XIX
¡Salve Ramón!
Por tus triángulos elegíacos
metáforas del sacrificio de las pirámides
espejos del tiempo que regresan
en tu Himno a Tláloc
para negarnos los néctares divinos.
Porque profanamos el Teocalli
la danza de los jaguares y las serpientes
y nos postramos ante los nuevos dioses:
el dólar y el whisky.

XX
¿Salve Ramón!
Por tus Elegías a Pablo Neruda
que denuncian nuestra condición de perros
la tempestad silenciada por el miedo
con los puños corroídos
ante la Quijada del hijo de los hombres
en la más negra de las noches de la historia
la noche del crimen.
Donde tus Elegías cantan y rugen
en un tiempo circular, mítico, trágico y poético.

XXI
¡Salve Ramón!
Poeta de la Patología del Ser
y el ser de la patología.
Ciego Edipo de las metáforas de mil ojos.
Hijo del crimen y crimen del hijo.
Tú que descubres que no tenemos
nada de qué curarnos:
porque nuestra enfermedad es la cultura
que nos arranca de la naturaleza
para (bien)decir y (mal)decir el mundo.

XXII
¡Salve Ramón!
Por compartir tu cárcel
y la de Revueltas
consecuentes de los signos
el ser y su condición mortal.
Cuando las ratas de la ley
asesinan a los héroes de México.
Y los huevos de los poetas
tienen más poder bajo sus tumbas
para Inmortalizar su Luz.

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