Morelia Michoacán a11 de abril de 2024.- En un acto que refleja la continuidad del favoritismo en la política mexicana, se ha puesto de manifiesto un caso paradigmático que levanta serias interrogantes sobre la ética y la transparencia en el proceso de designación de cargos públicos. La reciente nominación de Lilia Acosta, hermana del exdiputado y exalcalde del municipio de Tarímbaro, Michoacán, el priísta Martín Acosta, ha generado un profundo malestar entre la ciudadanía y ha puesto en entredicho la integridad del sistema político local.
Resulta especialmente preocupante que esta designación tenga lugar en un contexto marcado por las aspiraciones políticas de Martín Acosta, quien busca obtener una curul en el congreso federal por el distrito de Ciudad Hidalgo. La conexión familiar entre Lilia Acosta y Martín Acosta plantea serias dudas sobre la imparcialidad y la equidad en el proceso de selección de candidatos dentro del partido.
Sin embargo, este no es un caso aislado. También emerge la figura de Amado Hernández, excandidato priista a la alcaldía de Tarímbaro Michoacán, cuya influencia parece permear en estas decisiones. La presencia de Hernández en el entramado político local sugiere la existencia de redes de poder y clientelismo que socavan los principios democráticos y minan la confianza de la ciudadanía en sus representantes.
Ante esta situación, es imperativo que las autoridades competentes investiguen a fondo este caso y que se garantice la rendición de cuentas por parte de aquellos responsables de actos de favoritismo
La sociedad merece un sistema político transparente y justo, en el que los cargos públicos se otorguen en función del mérito y no de los lazos familiares o las influencias políticas.
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